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Una delegación formada por unos 132 militantes del PP balear participará, a partir del viernes, en el congreso nacional que se celebra en el Palacio de Congresos de Madrid. La delegación estará encabezada por Joan Verger, presidente del PP isleño, y Jaume Matas, máximo responsable del Govern. Además de Verger y Matas acudirán como miembros natos de la expedición isleña Joan Huguet en su calidad de miembro de la ejecutiva nacional; José Manuel Ruiz, presidente de Nuevas Generaciones; Rosa Estaràs, consellera de Presidència; José Cañellas, senador por Mallorca; Eduardo Gamero, diputado por Balears; Pere Cantarero, diputado por Balears; Francisca Bennàssar, eurodiputada, así como María Salom, portavoz del PP en el Parlament, entre otros compromisarios.

El congreso comenzará el viernes con la lectura de los distintos informes de gestión, entre el que destaca el que leerá el secretario general saliente, Francisco Alvarez Cascos. A última hora de la tarde se constituyen las ponencias, que trabajarán durante todo el sábado. Ese mismo día tendrá la posibilidad de intervenir en la sesión plenaria María Luisa Cava de Llano para defender su enmienda.

El sábado se vota a la ejecutiva nacional, y el domingo se dedicará a las intervenciones, entre las que destacará la de José María Aznar.

El PP balear, protagonista en el 96
El último congreso del PP se celebró pocos meses después de la dimisión forzada de Gabriel Cañellas. El congreso coincidió con las fiestas de Sant Sebastià, y en aquella cita la delegación tuvo un protagonismo especial.

Nadie pensaba que pudiese ocurrir, pero el informe de gestión presentado por Francisco Alvarez Cascos no tuvo la unanimidad que esperaba el secretario general del PP. Dos votos en contra, los de Pilar Ferrer y Carlos Cañellas, provocaron un gran interés entre los medios nacionales y disgusto en la dirección nacional. Mientras Francisco Alvarez Cascos leía su informe Pilar Ferrer y Carlos Cañellas ya habían decidido votar en contra. Los dos diputados del PP, muy afines a Gabriel Cañellas, levantaban las cartulinas rojas con el «No» mientras una buena parte de la delegación balear optaba por abandonar la sala donde se celebraba el congreso. En la cita de 1996, que supuso el inicio de la victoria de Aznar, Cristòfol Soler era todavía presidente del Govern, y Jaume Matas, conseller d'Economia. Joan Huguet fue nombrado miembro de la ejecutiva nacional, y Rosa Estaràs, en aquel momento vicepresidenta del Govern, formaba parte de la mesa del congreso. Joan Verger era portavoz del PP en el Consell, y ni siquiera pensaba en acceder a la presidencia pocos meses después, tal y como ocurrió gracias a su pacto con Matas.