El STEI, sindicato mayoritario en el sector de la enseñanza
pública, lanzó ayer un ultimátum a la Conselleria d'Educació en el
que daba 15 días de plazo para marcar un calendario de
negociaciones, antes de iniciar movilizaciones, entre las que no
descartaba la huelga.
El sindicato se quejó de que éste había entregado en septiembre
a sus interlocutores en la Conselleria toda una relación de temas
pendientes, que volvió a repetir el pasado 14 de enero, sin obtener
respuesta.
Pere Polo, secretario general del STEI, manifestó en rueda de
prensa que «no nos conformaremos con un calendario si no avanzamos
en las negociaciones».
El secretario general del STEI anunció que van a convocar
asambleas en todos los centros educativos de primaria y secundaria
para que el profesorado decida «hasta dónde quiere llegar» en sus
reivindicaciones y acuerde el tipo de movilización que considere
oportuno «sin descartar la huelga».
Lo que el STEI pretende negociar son los asuntos que quedaron
pendientes el año pasado entre los que Polo destacó la equiparación
salarial con los funcionarios de la Comunitat Autònoma después de
que la Conselleria decidiera, de forma unilateral, un aumento que,
según el sindicato, no se corresponde con las retribuciones
funcionariales.
También piden las mismas ayudas familiares, dietas, becas de
estudio y de formación que los funcionarios y un aumento de las
plantillas que contemple la incorporación de educadores de calle en
conexión con las escuelas, así como un trabajador social en cada
centro.
Polo justificó esta demanda en función de la creciente violencia
y absentismo escolar que se detecta y que, en su opinión, «hay que
atajar a tiempo».
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