Desde que el perro mató al niño en Can Picafort, por todas partes,
en Mallorca y en la península, se ha notado una fuerte reacción
sobre todo lo que atañe a esos animales, de tal manera que, de
repente, parece que ataquen, muerdan, molesten o ensucien más que
nunca. Por eso, en las dependencias municipales se reciben más
llamadas que nunca, y alcaldes y concejales anuncian medidas
drásticas, como si quisieran acabar de una vez por todas con esa
plaga. En Palma, el regidor Joan Bauzà anunció un incremento de la
vigilancia policial específicamente planificada para el control de
los perros en las calles de la ciudad, hasta tal punto que ya está
pensando en prohibir el tránsito de canes, aunque sea atados, por
las vías peatonales.
Según el concejal responsable de la Policía Local, ayer empezaba
la mencionada campaña y en ese primer día, Ultima
Hora acompañó a una patrulla formada por un funcionario
del Centre Sanitari de Son Reus y dos agentes de la policía de
barrio de Bons Aires.
El recorrido comenzó a las cinco de la tarde en la sede central
de la Policía Local. En seguida quedó claro que no se trataba de
una patrulla especialmente dedicada a los perros. «Nosotros
desempeñamos las diversas funciones de policía de barrio. Hoy nos
han dicho que acompañemos a este señor de Son Reus, por si es
necesario intervenir, ya que él no tiene la potestad de agente
policial». «Con todo eso que se ha armado, la gente toma más
precauciones y resulta difícil encontrar un perro que no lleva
correa. Suele ocurrir que el animal esté suelto y con el dueño
cerca. Lo que hacemos, en estos casos, es advertir al propietario o
denunciarlo, según los casos».
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