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El concejal de Mantenimiento en el Ajuntament de Palma, José María Rodríguez, rechazó ayer que en la ciudad exista algún tipo de peligro por el posible mal estado de algunos ejemplares de palmera.

Rodríguez realizó ayer estas declaraciones después de la alarma vivida el pasado lunes, día en que la Isla padeció un fuerte viento, que alcanzó velocidades de 120 kilómetros por hora en algunos momentos.

El viento provocó una cierta psicosis entre algunos ciudadanos ante la posibilidad de que cayeran palmeras, en recuerdo del accidente ocurrido en octubre del año 1996, cuando en un día ventoso una transeúnte falleció en el Passeig Marítim aplastada por una de ellas.

El teniente de alcalde explicó que «el Consistorio tiene establecida una rutina de mantenimiento de todos los árboles y arbustos de la ciudad, por la que se revisan de manera periódica y, además, si algún vecino realiza alguna llamada o avisa alertando sobre el peligro de caída de algún árbol en concreto o sobre su mal estado, evidentemente las brigadas encargadas acuden a resolver el problema».

El responsable del mantenimiento de la ciudad afirmó que «ello no quiere decir que no exista ninguna palmera muerta en Palma, puede que muera alguna, pero lo que es seguro es que está controlada y que será cambiada en agosto, que es el mes idóneo para este tipo de trabajos con estos arbustos».