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En unas circunstancias normales, que una comisión parlamentaria de Derechos Humanos elabore una ponencia sobre las víctimas de la violencia sería lógico y no movería al más mínimo comentario, pero la cosa cambia cuando se trata del Parlamento vasco y de los partidos nacionalistas. No se origina la polémica por este hecho, sino porque en ningún momento se hace referencia alguna a las víctimas del terrorismo. Esto es especialmente doloroso cuando en la citada comisión y como autores de la ponencia se encuentran también miembros de Euskal Herritarrok, una formación descendiente de Herri Batasuna, considerada el brazo político de la banda ETA. Tanto PP como PSOE y Unidad Alavesa manifestaron su oposición a la iniciativa y no participaron en la votación de la misma. Consideran que ellos habían presentado con anterioridad una propuesta sobre terrorismo que aún no ha sido debatida. De esta forma se produce un nuevo enfrentamiento entre los partidos nacionalistas y los llamados «españolistas». Y esto sucede en el seno de la polémica comisión de Derechos Humanos vasca.

Pese a que se quiera pasar página y comenzar en un nuevo marco de paz después de la tregua de ETA que, según dicen, podría convertirse en definitiva en los próximos meses, la gran asignatura pendiente del proceso de pacificación es la de las víctimas del terrorismo y eso es algo que no pueden olvidar los parlamentarios vascos. Es por ello que debiera existir un claro pronunciamiento sobre este asunto absolutamente diferenciado de otras víctimas de actos violentos, a las que, por supuesto, les asiste todo el derecho. Eso siempre y cuando no se pretenda igualar a los terroristas muertos con los que han padecido su sinrazón.