27/02/99 0:00
Duerme en un banco...
Se llama Diego y durante tres años, hasta hace una semana, pernoctó en una chabola de cartón, forrada de plástico, ubicada entre unos matorrales sitos casi en frente a Marivent. Un mal día, alguien, aprovechando que Diego estaba buscándose la vida en el semáforo próximo, prendió fuego a la chabola y se quedó sin siquiera una mala manta que echarse al cuerpo. Mas Diego no se amilanó: algunos vecinos le dieron unas mantas, buscó un plástico y eligió uno de los bancos del jardincito que hay enfrente del complejo comercial de Portopí y, ¡helo ahí!, dentro de lo que cabe, la mar de feliz, durmiendo de once de la noche a ocho de la mañana, tapado con la manta hasta la cabeza.
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