La UIB ha declarado desierto el concurso para la concesión de la
gestión de la Residència d'Estudiants Bartomeu Rosselló Pòrcel al
estar en desacuerdo con la propuesta presentada por la única
empresa licitadora, la cual venía gestionando el establecimiento
desde que comenzó a funcionar en 1993.
La Universitat no estaba conforme con la oferta económica
presentada por la empresa, ya que incrementaba los precios de forma
considerable, de modo que el régimen de pensión completa que, en la
actualidad, tiene un precio de 84.875 pesetas mensuales, pasaba a
costar 91.500 pesetas.
La institución académica había modificado el pliego de
condiciones e incluía, entre otras, la consideración del código
medioambiental aprobado por la Universitat, de tal forma que se
contemplasen medidas medioambientales en la propuesta, que la
empresa licitadora no tenía en cuenta.
Ante esta situación, la Universitat baraja distintas
alternativas para que la residencia estudiantil pueda seguir
funcionando a precios competitivos.
Según ha manifestado a este periódico la vicerrectora de Alumnos
y Campus de la UIB, Joana Maria Petrus, la residencia debería
ofrecer precios subvencionados que permitan dar cabida a una parte
de aquellos alumnos que tienen una renta familiar más baja y que no
pueden recurrir a la oferta de alojamientos que existe en
Palma.
Joana Maria Petrus señala que entre las alternativas que se
analizan se halla la convocatoria de un nuevo concurso público, la
solicitud de subvenciones a instituciones como los consells
insulars o el Govern, o la asunción de la gestión por parte de la
UIB, pero no descarta el cierre durante un año para reflexionar
sobre su futuro.
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