La planta desaladora, que ya está ejecutada al 50 por ciento de las
obras, realizará dentro de un mes la primera prueba para tratar el
agua salada del mar y convertirla en agua potable, según aseguró
ayer un portavoz de la Conselleria de Medi Ambient.
Aunque las obras estén al cincuenta por ciento, el Govern
asegura que la planta estará en funcionamiento en el plazo de dos
meses, como estaba previsto desde el primer momento. De esta forma,
durante los meses de verano, los habitantes de la bahía de Palma
beberán agua de mar desalada.
En estos momentos, de los 5.500 millones de pesetas que costará
esta importante infraestructura, ya se han certificado 3.000, algo
más de la mitad. Además de las obras de la planta, también se
encuentran muy avanzados los trabajos de canalización del agua a la
red.
La Conselleria de Medi Ambient aseguró ayer que la conducción de
la salmuera ya está acabada. Esta conducción es la que devolverá la
sal al mar una vez que el agua haya sido tratada en la planta. La
salmuera volverá al mar gracias a la construcción de este emisario
que ya está concluido y que se adentra 400 metros en el mar junto a
la desembocadura del Torrent Gros.
Las demás conducciones no están tan avanzadas. Las tuberías que
transportarán el agua del mar hasta la planta están prácticamente
finalizadas, pero falta por actuar en tres tramos concretos de
otras tantas fincas particulares.
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