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El «Davallement» de Inca ha tenido este año una solemnidad especial. Por primera vez, aprovechando la nueva plaza de Santa Maria la Major, la Asociación de Cofradías de Semana Santa de Inca han organizado el acto en el exterior del templo. Bajo el campanario, iluminado por un juego de luces, el Cristo fue bajado de la Cruz.

Antes, los dos pasos que acompañan al sepulcro del Santo entierro en la procesión del Viernes Santo fueron sacados de la iglesia. La Dolorosa, un monumental paso que custodia la cofradía de Santo Tomás de Aquino, y La Piedad, de la cofradía Juventud Seráfica, presidieron el «Davallament». El acto se inició con las palabras que el párroco de Santa Maria la Major dirigió al multitudinario público, que llenó toda la plaza. El Cristo fue bajado por cuatro cofrades de la cofradía del Santo Entierro, bajo la atenta mirada de ses Tres Maries, las tres niñas que, vestidas de negro, acompañan al Santo Sepulcro, las mismas que el Domingo de Pascua acompañarán, esta vez vestidas de blanco, al Jesús resucitado.

Este acto se había celebrado siempre en el interior de la iglesia parroquial de Santa Maria la Major, por lo que era seguido, prácticamente, por los cofrades que participan en la procesión. La iniciativa de celebrar el acto en el exterior ha dado la oportunidad a que mucha gente haya podido participar del mismo. Después de depositar el cuerpo de Jesús en el Sepulcro, se inició la solemne procesión del Viernes Santo.