El alcalde de Palma negó ayer rotundamente que desde el Consistorio
palmensano se esté vendiendo o que esté desapareciendo la piedra
viva de los bordillos, que está siendo sustituida por hormigón. «Es
mentira que esta piedra se venda o desaparezca, entre otras cosas
porque sería una ilegalidad. Todos los bloques que se retiran de
las aceras se conservan en Son Pacs y después son reutilizados para
las zonas verdes y zonas del casco antiguo», afirmó Joan Fageda.
El teniente de alcalde del área de Economía, Recursos Humanos y
Mantenimiento, José María Rodríguez, ya manifestó que «es política
del Ajuntament mantener este tipo de piedra en los bordillos de las
aceras, aunque no siempre es posible hacerlo». El edil explicó que,
a veces después de una reestructuración de las aceras, los bloques
de bordillos de piedra se quedan cortos y no encajan debidamente,
por lo que los operarios que realizan las obras se ven obligados a
retirarlos. Según la versión que siempre ha mantenido el
representante municipal, los bordillos retirados de una zona se
aprovechan para colocarlas en otros lugares donde se acometen obras
similares y dichos bloques encajan perfectamente.
También en otros muchos municipios de Mallorca se ha denunciado
la desaparición de la piedra viva de los bordillos y se ha
criticado la mala calidad de algunos trabajos.
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