El «boom» inmobiliario y de la construcción está afectando a las
obras públicas. La Conselleria de Foment tiene «auténticos
problemas» para adjudicar promociones de viviendas sociales y obras
de carreteras, según confirmó ayer el titular de esta cartera, Joan
Verger.
Muy preocupante es la dificultad que tiene el Institut Balear de
la Vivenda (Ibavi) para adjudicar nuevas promociones de viviendas
de protección oficial. En lo que va de año se han quedado desiertos
siete concursos para la ejecución de viviendas sociales y un
proyecto de demolición parcial del edificio de es Serralt de
Manacor. Ninguna empresa se ha presentado para realizar las
promociones de 23 viviendas en Secar de la Real, 7 en sa Calatrava,
8 en Sant Lluís, 8 en Maó, 8 en Valldemossa, 12 en Deià y 21 en
Ciutadella, cuyo presupuesto asciende a 712'5 millones de pesetas.
La explicación de Foment a esta situación es que las obras se
ofertan al mismo precio por el que se venderán las viviendas y los
constructores se inclinan por las ofertas privadas. En estos casos,
la Conselleria ha optado por repetir el concurso o por el
procedimiento negociado: buscar empresas y proponerles el
proyecto.
En carreteras, según concretó Verger, existen dificultades para
contratar obras de poca envergadura cuyo presupuesto ronda los 20 ó
30 millones de pesetas. Así se quedó desierto el concurso para
construir la rotonda de Porreres, y para ejecutar la variante sur
de Andratx sólo se presentó una empresa.
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