En el exterior de la plaza, un grupo con banderas quatri-barradas protestaban por la celebración del festival. Fotos: Julián Aguirre

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El ¡Qué apostamos! alemán llenó ayer la Plaza de Toros de Palma de afamadas estrellas y de osadas peripecias.
El ambiente ya estaba caldeado antes de que se iniciara el programa. En la calle, la gente cantaba animada y en el coso tuvo lugar una muestra de ball de bot que el público vitoreó con un «¡Gracias, Mallorca!».

Todo esto ocurrió más de una hora antes de comenzar el espectáculo alemán.
Más de cinco mil personas "tan sólo 500 eran mallorquines" llenaron la mitad de la plaza para ver el programa, que se emitía en directo desde Palma.
Aplusos, gritos y mucha animación acompañaron a las estrellas que fueron saliendo al escenario. Más de veinte minutos tuvo que esperar el público "la mayor parte de mediana edad" para aplaudir al primer gran invitado de la noche: Ricky Martin. Vestido totalmente de negro y acompañado por tres parejas de baile, se subió a una base cilíndrica y cantó aquello de «Vive la vida loca».

Antes, y ante un público muy bien aleccionado "de hecho una hora antes estuvieron ensayando los aplausos" tuvieron lugar algunas de las muchas pruebas que llenaron el concurso. Una de ellas consistió en llenar una especie de globo confeccionado con los colores de la bandera española que, después, soportaría el peso de una moto de pequeña cilindrada.

El momento estelar llegó pasadas las 10 de la noche, cuando subieron al escenario los Backstreet Boys, Geri Halliwell (la ex de las Spice Girls) y Sofía Loren, artistas que cumplieron con las expectativas y arrancaron los aplausos de todos, incluido el público que esperaba a la entrada de la Plaza de Toros y que, una vez finalizado el espectáculo, montó su particular fiesta y griterío ante la posibilidad de ver de cerca a los Backstreet Boys y de llevarse uno de sus preciados autógrafos. Los alemanes disfrutaron y los vecinos aguantaron.