El recién elegido president del Govern, Francesc Antich probó el
viernes por primera vez la sensación que produce viajar en coche
oficial, el mismo que antes ha llevado de aquí para allá a personas
tan distantes de él como Gabriel Cañellas, Cristòfol Soler y Jaume
Matas. El mismo coche, el mismo chófer, pero distinto rumbo.
El primer viaje de la noche del viernes fue a un restaurante de
la Platja de Palma donde los socialistas improvisaron una cena para
celebrar la elección de Antich a la que terminaron asistiendo cerca
de 150 personas. Después de la cena, el candidato viajó a su
pueblo, Algaida, en cuya plaza le esperaban numerosos paisanos para
celebrar también la elección. Hasta las cuatro de la madrugada no
pudo acostarse.
Durante toda la mañana de ayer recibió en su despacho del
Parlament a los medios de comunicación. A Antich le acompañaban
Andreu Crespí, Damià Cànoves y Antoni Garcías, entre otros. Todavía
no ha ocupado su despacho en el Consolat de la Mar ya que hasta el
martes, día en que toma posesión, no será oficialmente el nuevo
president de Balears. A la toma de posesión ya han confirmado su
asistencia el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, y el
candidato socialista a la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall
y se espera que pueda acudir también alguno de los presidentes
autonómicos del PSOE.
Francesc Antich dedicó la tarde del sábado a reunirse con sus
colaboradores para perfilar el nuevo equipo de consellers. Tras las
reuniones, el president del Ejecutivo se desplazó de nuevo a su
pueblo, donde ayer comenzaban las fiestas de verano. Por primera
vez en su vida, vio las danzas de los cossiers con el halo de poder
que incluso al hombre más corriente del mundo otorga el poder.
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