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Hace 32 años, la jienense afincada en Palma, Nela de Viedma, licenciada en Bellas Artes en Suiza, se proclama Miss Palma en un certamen que tiene lugar en Rosales. El título lo había tenido que inventar la organización dos años antes para Maruja García Nicolau, que con el transcurso de los meses se proclamaría Miss España y Miss Europa. Por espacio de un mes, Nela y sus dos compañeras, Miss Baleares y Miss Mallorca, se pasean por los despachos oficiales del gobernador Civil, don Plácido Alvarez Builla; del alcalde de Palma, don Máximo Alomar, y de los propietarios de los establecimientos patrocinadores del certamen, entre ellos el de don Juan de Vidal y Salva, Barón de Vidal, para hacerse la foto oficial y recibir un regalo.

Nela se proclama dama de honor de Miss España, por delante de Miss Baleares y Miss Mallorca. Corona a la miss, Paquita Torres. Como testigo de la proclamación están otras dos misses: Maruja García Nicolau y Alicia Borrás. A Nela, a raíz de todo esto, le ofrecen exponer sus cuadros en Palma. Ella, que se había ido a vivir a Jaén, acepta encantada y se trae los cuadros, pero una vez aquí, el galerista le dice que de lo dicho no hay nada.

Nela recuerda que a poco de atracar en Tenerife, «alguien del Gobierno español pretende que firme un papel aceptando que mi esposo ha muerto de un ataque al corazón, a lo que me niego. A partir de ahí, comienza mi segundo calvario. Para que reconozcan mi viudedad tengo que llevar a juicio a la Seguridad Social, juicio que gano. Me pagan por ello una miseria, que al alcanzar mi hija la mayoría de edad, me reducen en unas seis mil pesetas. Yo he seguido luchando para que reconocieran que aquello fue un asesinato, no un accidente como pretendían presentarlo. l Pedro Prieto