Un año más, la presencia de los Reyes en Mallorca para pasar sus
vacaciones estivales en el palacio de Marivent ha sido un trampolín
informativo que ha vuelto a poner a la Isla en el primer plano de
la actualidad. Es innegable, por tanto, el prestigio que supone
para nuestra Comunitat la presencia de don Juan Carlos y doña
Sofía.
Pero la estancia de Sus Majestades entre nosotros no se reduce a
lo meramente testimonial. Su afición por los deportes y, en
especial, por la vela, hace que cada año se sumen a la Copa del
Rey, con lo que es habitual su presencia en los pantalanes del club
náutico palmesano. También evidencian su gran interés por la
cultura y los Reyes no desaprovechan la ocasión para acercarse a
los más importantes acontecimientos culturales. Una muestra de ello
fue su asistencia a la inauguración de la exposición escultórica de
Arnaldo Pomodoro en sa Llonja o la audiencia concedida a los
responsables de la «Gran Enciclopèdia de Mallorca» y de la «Gran
Enciclopèdia de la Pintura i l'Escultura de les Illes Balears»,
encabezados por el presidente del Grupo Serra, Pere A. Serra. Y,
naturalmente, la política tampoco falta en este período vacacional.
Ahí están los despachos de don Juan Carlos con el presidente del
Gobierno, José María Aznar, que han hecho que la atención
informativa nacional se fijara una vez más en nuestra Comunitat.
Es, por tanto, evidente que los Reyes, pese a que se trata de un
período vacacional, muestran un interés exquisito por lo que
acontece en Balears a todos los niveles, tanto en el ámbito de la
política, como en el del deporte o en el de la cultura. Es por ello
que más que considerarlos como unos visitantes ilustres, cabría
pensar que son unos mallorquines ilustres que regresan a casa cada
año para pasar sus vacaciones durante el mes de agosto. En la hora
de la despedida sólo cabe el deseo de que nos honren muchos años
con su presencia en la Isla.
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