El president del Govern, Francesc Antich, acusó ayer a Jaume Matas
de ser «un pirómano que ahora quiere actuar de bombero» en relación
a la política de personal del nuevo Govern. Antich acusó a Matas de
haber practicado una política de contratación «oscura, interesada y
clientelista» y recordó que las últimas oposiciones se convocaron
en 1991 y tan sólo se ofertaron 21 plazas. Desde entonces, la
administración autonómica ha contratado 459 personas.
Antich aseguró que el Govern ha optado estos años por no
convocar más oposiciones «porque prefiere el humo a la luz y porque
en la oscuridad es más fácil colocar alcaldes del PP para trabajar
en las empresas públicas».
Antich añadió que las conselleries y las empresas públicas del
Govern estaban llenas de asesores «con ilustres apellidos del PP
que cobraban un sueldo muy importante cada mes y que no tenían mesa
ni les conocían en las conselleries». Antich reconoció que, si el
actual Govern quisiera despedir a todos los militantes o
simpatizantes del PP que trabajan en la administración autonómica
«se contarían por centenares». Sin embargo, precisó que eso no
sucederá porque el actual Ejecutivo «es el Govern de la libertad y
del respeto individual».
«El Govern prometió transparencia, eficacia e igualdad de
oportunidades para garantizar el acceso a la función pública y
actúa con este criterio», añadió el president. Antich criticó
además a Matas por escandalizarse por la destitución de algunos
funcionarios, «pero esconde que la gran mayoría han sido
sustituidos por altos cargos del Govern que han vuelto a ocupar su
plaza». De hecho, según Antich, hasta la fecha, tan sólo 20
funcionarios interinos han sido destituidos por el nuevo
Govern.
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