12/09/99 0:00
Desde hace más de treinta años el puerto de Palma cuenta con una golondrina que recorre todos sus muelles, desde su punto de atraque en la Llotja. Es precisamente desde el mar la mejor forma de conocer su actividad a lo largo de los cuatro kilómetros que mide desde el Moll Vell a Portopí. Un variado recorrido que permite contemplar en su elemento a los lujosos cruceros en el Moll de Ponent, centenares de yates en el Real Club Náutico y Club de Mar o en reparación en los astilleros, ferrys en el Moll de Paraires, buques de guerra en el Dic de l'Oest junto a petroleros y buques de carga, en los muelles comerciales, además de las tradicionales barcas de pesca, de vuelta al Mollet.
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