Enseñat se considera un hombre de mundo. Fue el fundador del Club Rotario de Madrid. FOTO: O. Q.

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Hijo de murciana y mallorquín, casado con Lucrecia Benlliure, nieta del famoso escultor, a Sebastià Enseñat se le conoce familiarmente como «el abogado de los italianos» por su vinculación con un gran número de empresas italianas.

Durante 23 años ejerció la Secretaría de la Sociedad Italiana de la Beneficencia y durante dos años la presidencia de ésta y de la Cámara de Comercio Italiana de Madrid. Ha recibido varias condecoraciones del Gobierno italiano, entre ellas la del Commendatore y la del Grande Ufficial al Mérito de la República Italiana. En España ha sido fundador de grandes empresas como Mare Nostrum y Hoteles de Mallorca.

"¿Empresario o abogado?
"Fundamentalmente me considero abogado. Me alegro mucho de haberlo sido porque realmente no sirvo para otra cosa.

"¿Tiene algún reproche que hacerle a la Justicia?
"Quizás no hayamos llegado a la fórmula ideal en la formación y la elección de jueces y magistrados, pero tenemos una fórmula que es aceptable. La Justicia tengo que sufrirla en mis propias carnes y a pesar del optimismo con el que veo las cosas no me siento satisfecho de la Justicia española. Su lentitud es en sí misma una injusticia.

"¿Debería la Constitución española seguir el lema de «renovarse o morir»?
"En la Constitución caben muchísimas cosas. Yo no tendría inconveniente alguno en que ésta se modificara, como ya se ha modificado varias veces para que los extranjeros puedan acceder a los ayuntamientos. Soy un hombre de términos medios y cualquiera de las posturas la encuentro tolerable, pero siempre y cuando todas y cada una de las modificaciones se hagan pacíficamente por el bien común y la luz de la razón.

"¿Por qué le llaman el abogado de los italianos?
"Quizás todo se debió a un día de niebla en Londres. Mi padre quiso que yo aprendiera inglés para especializar el despacho en asuntos ingleses y me mandó a Londres a estudiar. Cuando estaba allí, me dijo que iba a venir a Londres un italiano que no hablaba inglés y que por favor le acompañara en todas las gestiones que tenía que realizar. Este hombre de negocios tenía que regresar a Madrid un viernes pero resultó que había mucha niebla en el aeropuerto y se tuvo que quedar en hasta el domingo en Londres. Ese fin de semana hicimos una gran amistad que ha marcado mi vida hasta hoy. Esta persona, Edmundo Tucci, que era consejero delegado de Sniace en España, me dijo que me necesitaba como abogado y que aprendiera italiano en vez de inglés. Así que me fui a Milán a estudiar italiano y a trabajar en la asesoría jurídica de la línea Viscosa, que era la casa madre de Sniace.

"Lleva 20 años de secretario de la Junta Directiva del Hogar Balear en Madrid...
"Estupendamente. Mi padre fue presidente del Hogar Balear y es algo que siempre ha formado parte de mi vida. Ahora tenemos un local propio y nos va a permitir promocionar a los pintores jóvenes de las islas, dar conferencias y fomentar las relaciones de los baleáricos con industriales.

"¿Qué alegrías le han reportado ser fundador del Club Rotario de Madrid y primer gobernador de los Rotarios de España?
"Me considero un hombre de mundo y tal vez por esto de ser rotario hacemos de la amistad el medio para conseguir nuestros fines, de manera que cuanto más amigos seamos dos personas, de nuestra amistad se derive un bien para la humanidad.