Decíamos ayer que el patio estaba revuelto en la Platja de Palma. Y decíamos que no sólo lo estaba por lo de la querella interpuesta al alcalde Fageda por la Asociación de Discotecas y Salas de Fiestas, querella, por otra parte, anunciada en estas páginas desde "por lo menos" princpios de verano, sino que igualmente lo estaba por cuestiones de inseguridad ciudadana, también denunciado aquí desde hace años, pero que con el paso del tiempo se han ido incrementando hasta el punto de convertir la situación en insostenible.
Ayer, a mediodía, tras cita previa, se presentaron en el despacho del regidor José Sierra cuatro representantes de la Plataforma Antiviolencia de la Platja de Palma, el presidente José Llabrés, Ana Rodríguez, Francisco Marín, propietario del Playa Golf, y Juan Clar, gerente de los hoteleros de la zona. Por espacio de hora y media expusieron al responsable de la seguridad ciudadana de Ciutat los numerosos problemas con lo que los ciudadanos de aquella zona deben de enfrentarse a diario, a saber: trileros, vendedores ambulantes, venta de droga y asalto a los turistas en plena primera línea, asalto a los germanos que regresan al hotel por parte de ciertos travestis, el muro "consumo de bebidas en el murete que separa el paseo de playa, lo que crea una penosa imagen", prostitución, etc. Ana Rodríguez manifestó ante el regidor que rumanos, húngaros y checos que se dedican al trile y a otros asuntos ilegales, y que cada año llegando estas fechas suelen emigrar a Canarias, «han decidido quedarse en Palma porque aquí nadie se mete con ellos. Y lo sabemos "apostilló" porque nos consta que ya han pagado por adelantado los alquileres de las casas para seguir en ellas durante todo el invierno».
Hubo momentos en que la voz subió de tono, aunque no se perdio la compostura. El regidor, que conoce la zona por haber estado en ella algunas noches "una de ellas con María Crespo", mostró a los representantes de la Plataforma Antiviolencia el resumen de las actuaciones realizadas por la Policía Local de Palma en la Platja de Palma durante el presente año.
Todo esto está muy bien, entre otras cosas porque la Policía Local está para eso. Ahora bien, no es suficiente, y como no se conciencie de ello José Sierra y los demás miembros del Consistorio palmesano, van a tener problemas.
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