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El grupo municipal del PSM-Entesa Nacionalista denunció ayer el colapso que padece el Servicio de Disciplina Urbanística del Ajuntament de Palma ya desde la pasada legislatura. Tanto es así, explicó el edil Gabriel Barceló, que «aunque la Ley de Disciplina Urbanística establece que cada quince días puede doblarse la cuantía de las multas impuestas ante cualquier infracción, en Palma pueden pasar dos, tres y hasta cuatro años entre el primer aviso de sanción y el segundo».

La consecuencia inmediata de este gran retraso acumulado «es que pocos infractores pagan las multas o remedian la ilegalidad, pues no se sienten presionados ni vigilados», lamentó.

Pero por si fuera poco, la semana pasada la Comisión de Gobierno aprobó conceder la excedencia al, hasta ahora, jefe del Servicio de Disciplina Urbanística, Miquel Fiol, que se ha incorporado al ayuntamiento de Pollença, sin que se haya nombrado sustituto, «por lo que -según Barceló- desde entonces, nadie firma las órdenes y cada día se acumulan más expedientes».

A todo ello, debe añadirse el peligro que, a juicio del grupo nacionalista, supone la agilización de los trámites para la concesión de licencias urbanísticas anunciada por el responsable del área.