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Numerosos actores mallorquines abandonan la Isla por falta de trabajo. Éste es el caso de Joan Pizá, que opina que «en Mallorca es muy difícil vivir del teatro».

Tan sólo dos años después de acabar sus estudios en el Teatre Sans y de actuar por toda Mallorca con dos compañías, Darrera el Mirall y Picadís Teatre, decidió que había llegado la hora de probar mejor suerte en Madrid, «lugar de paso obligado, junto a Barcelona, si quieres triunfar en esta profesión». Esto no significa que Joan busque la fama, sino que, afirma: «Tengo clarísimo que quiero dedicarme al teatro, y en Mallorca, o entras en las tres compañías consagradas, algo difícil pues ya tienen su propia gente, o lo tienes claro».

El caso es que decidió trasladarse a Madrid sin contactos y con su currículum bajo el brazo. Nada más llegar se afilió al sindicato de actores y no tardaron en llegar los trabajos, principalmente de animación "clown, mimo, teatro de calle y guiñol". También participó en la grabación de dos cortometrajes y, al poco tiempo, entró a trabajar con la Compañía Lomvriz, fundada por otro actor mallorquín, Miquel Boixó, que también emigró en su día de la Isla. Con este grupo ha realizado este verano el papel protagonista de la obra «Astuta Bohemia», representada durante cinco semanas en el Teatro de las Aguas de Madrid y que próximamente volverá a los escenarios.

Pero durante esta temporada, Joan ha conseguido también varios papeles de reparto en el Teatro Real de Madrid: en la escenificación de la ópera «Tannhaüser» de Wagner, así como otras actuaciones junto al Ballet de la Compañía Nacional de Moscú. En la actualidad, se encuentra montando un espectáculo propio, junto a otros dos compañeros, que todavía no tiene nombre pero que ya va tomando forma. Su intención es estrenarlo dentro de dos meses y moverlo por toda la geografía española.