TW
0

Cuando el 25 de marzo de 1972 la princesa doña Sofía inauguraba el entonces pabellón de discapacitados psíquicos «Virgen de la Salud», conocido más tarde como Centre per l'Integració, Promoció i Educació Social (CIPRES), éste era considerado «un ejemplo de los centros asistenciales de la Isla» y sus equipamientos los situaban en la vanguardia de los servicios de atención a las personas con discapacidad psíquica. Así quedó reflejado en un amplio reportaje publicado al día siguiente en el diario «Baleares», en el que se ponía de manifiesto la ampliación y reforma que había sufrido el centro «para adaptarlo a las necesidades presentes». Transcurridos veintisiete años de aquel evento, los padres, trabajadores y usuarios de CIPRES tratan de asimilar el inminente cierre del centro de día. El Consell de Mallorca propone a los padres de los usuarios del centro CIPRES «la reubicación definitiva de los 68 usuarios actuales en diversos servicios concertados con entidades privadas del sector de discapacitados, dada la situación de precariedad de las instalaciones de los talleres del centro de día».

Los miembros de la Asociación de Padres de Alumnos de CIPRES se sienten «defraudados» por la presidenta la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, «que antes de las elecciones nos aseguró que el centro no se cerraría, entre otros motivos porque se habían concedido 150 millones para invertir en dos años en la remodelación de los talleres. Es más, incluso, brindamos con cava», explican Catalina Savater e Isidro Riutort.

Los representantes del colectivo de padres aseguran que, después de las elecciones, «se produjo un cambio de filosofía en el área de Benestar Social del CIM, que apuesta por el cierre del único centro de día público para discapacitados psíquicos y la recolocación de los usuarios en centros privados», señalan.

El Consell de Mallorca reconoce la situación de precariedad de las instalaciones del centro de día de CIPRES, que los padres atribuyen a la institución insular «que ha ido sacando fuera del edificio a los alumnos, colocando los talleres en unos pabellones contiguos, para ubicar en él los despachos del área de Benestar Social del CIM». Los representantes del APA relatan como ha ido desapareciendo una serie de servicios, como el de cocina, sustituida por un catering, y el médico.

«El deterioro de las instalaciones del centro de día es culpa del Consell que no ha hecho nada por su mejora y que no cumple sus promesas. Ahora, nos hacen llegar un propuesta, que ni siquiera está firmada ni sellada, en la que se comprometen a una serie de cosas tras el cierre de CIPRES que quién nos asegura que se van a cumplir», declara Catalina Savater.