Las secuelas del «caso Calvià» no se acaban. El ex concejal del
Partido Popular de Calviá, Andreu Pizá, exigió ayer en el juicio
por injurias contra el ex conseller de Presidencia del Govern
balear y diputado nacional, Francesc Gilet, que éste le indemnice
por llamarle «verdadera alimaña». Pizá fue uno de los testigos que
declaró en contra de Gilet en la segunda fase del «caso Calvià» que
fue archivado por prescripción el pasado verano por el juez,
decisión ratificada más tarde por la Audiencia de Palma.
En la vista del juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal
número cinco de Palma, Pizá señaló que la expresión empleada por
Gilet a la salida de un careo por el «caso Calvià» en 1997 le causó
«un gran daño moral», especialmente a su familia y a su hijo, que
entonces tenía 10 años de edad. Ese testimonio fue corroborado por
su esposa, María Isabel Sáez, quién lamentó las consecuencias que
esa expresión había tenido en su hijo «en un pueblo (Capdellà)
donde nos conocemos todos», subrayó. «Sus amigos le decían «eres
hijo de una alimaña», y él me preguntaba que era eso. Se retrajo,
quería pelearse con sus amigos y estuvimos a punto de consultar a
un psicólogo», señaló. El matrimonio Pizá apoyó la querella con un
vídeo del programa regional de noticias de Antena 3 Televisión, que
recogía de forma íntegra las declaraciones de Gilet. También
declaró en calidad de testigo propuesto por Gilet, Miquel Deyá, uno
de los condenados en la primera fase del «caso Calvià». «La injuria
no debe quedar impune», dijo a la juez el abogado defensor de Pizá,
Juan Carlos Ferrer, que solicitó una sentencia condenatoria y que
ésta se divulgue en los medios de comunicación «con las mismas
características que tuvieron las declaraciones de Gilet».
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