Los usuarios del Mercat de l'Olivar no se perdieron detalles del Pleno de Cort. Foto: JOAN TORRES.

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Los taxistas dispondrán de un plazo de dos años para elegir entre el color actual y el blanco para sus vehículos, según el acuerdo alcanzado ayer en el plenario del Ajuntament de Palma. La modificación del reglamento de transportes, que también prevé que los coches traspasados tengan un sólo conductor, fue aprobada con los votos del PP y EU-EV. Asimismo, el plenario rechazó por unanimidad el proyecto de reforma del Mercat de l'Olivar. Eso implica que la primera planta estará reservada a la venta de carnes, verduras, frutas y pescados, mientras que en la segunda se ubicará el supermercado. Miembros de las dos asociaciones de taxistas acudieron al pleno del Consistorio a manifestar sus posturas enfrentadas respecto al mantenimiento del color negro-marfil o el cambio al color blanco.

El dirigente de la asociación de taxistas de PIMEM Gabriel Moragues explicó a los miembros del Ajuntament que «el color blanco pone fin a 20 años de reivindicación» y aseguró que su implantación supone un ahorro para los trabajadores del sector, que cuenta con 1.240 licencias. Julio Nieto, dirigente de la agrupación de taxistas adscrita a CAEB, enumeró las diferentes entidades ciudadanas que se han manifestado a favor del color actual y consideró «ambigua» la decisión municipal, además de acusar a PIMEM de «deshonestidad manifiesta» por amenazar al alcalde «con reventar las elecciones».

Ante la ausencia por enfermedad del concejal de Gobernación, José Manuel Sierra, el anterior responsable de este área y actual edil, Joan Bauzá, señaló que las dos asociaciones del gremio mantienen posturas irreconciliables a pesar de que «este Ayuntamiento les ha dado 250 oportunidades para ponerse de acuerdo». Posteriormente, y con la presencia en el Salón de Plenos de medio centenar de vendedores de pescado del Mercat de l'Olivar, se sometió a debate la aprobación del proyecto de obras presentado por la Unión de Usuarios del Mercat de l'Olivar, empresa concesionaria de las instalaciones. Todos los grupos se mostraron favorables a rechazar el plan de la empresa, que suponía la instalación de un supermercado en la planta baja y el traslado a la primera planta de las pescaderías.