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La cruz que conmemora «La batalla de Llucmajor», ubicada en la entrada del denominado Camp de sa Batalla, está apuntalada y su aspecto recuerda más al abandono que al cuidado. Así que llamo al doctor Font Obrador, que es quien más sabe de esa batalla, y le pregunto por esa cruz.

«Efectivamente, rememora aquel hecho, acaecido el 25 de octubre de 1349 (de hoy en una semana se cumplirá el 650 aniversario), fecha en la que los mallorquines perdíamos la categoría de reino independiente en favor de las huestes catalano-aragonesas que daban muerte a nuestro rey, Jaume III». Recuerda Font Obrador que en 1949, con motivo de cumplirse el VI Centenario de aquel suceso, se levantó esa cruz, «que de acuerdo al proyecto presentado y aprobado por el arquitecto Gabriel Alomar, constaba de, además de la cruz de piedra, cuatro arcos y un conjunto de cipreses». De aquel proyecto es evidente que sólo existe la cruz, los cipreses y mucha soledad y cierto abandono.

Respetando todas las ideas y opiniones, es evidente que este monumento tiene que ver con la historia, la cual es de todos, pues es nuestra historia, por tanto debe tenérsele un respeto, tanto por los que están a favor como en contra de la catalanidad o de la mallorquinidad.

En cuanto al apuntalamiento de la cruz, la verdad, no sabemos si pensar que a la cruz la han apuntalado porque la van a reparar, o que la han apuntalado porque se caía y se han olvidado de repararla. Esperemos que sea lo primero, aunque si es lo segundo, y con esto recordamos que el trabajo no está concluido, también nos daremos por satisfechos.