TW
0

Su nombre artístico es Johnny Boy y su profesión la de stripper o, para más señas, bailarín de strip-tease. Ya lleva muchos años dedicándose a esta actividad, en la que se inició por casualidad. «Realicé mi primer strip-tease en el cumpleaños de una amiga y me sentí muy bien. Seguí en plan amateur hasta que decidí profesionalizarme», explica. Desde aquella primera experiencia ya han pasado diez años y Johnny Boy se ha convertido en uno de los strippers de mayor éxito en Mallorca. Trabaja en todo tipo de fiestas particulares "por ejemplo, despedidas de soltera" y en discotecas.

Este bailarín considera el strip-tease como un «arte» y su filosofía es: «No hay que herir la sensibilidad del cliente». Se refiere, sobre todo, a las despedidas de soltera: «Hay que tener en cuenta que esa persona se casa al día siguiente». Por este motivo, rechaza todo tipo de vínculo con el sexo: «El strip-tease es sensual, pero jamás sexual. Debe basarse en una actuación elegante, que debe terminar en un desnudo siempre parcial».

Opina que para ser un buen boy se requiere «una buena coreografía, vestuario de calidad y sujeto al strip-tease "que sea fácil de quitar", además de buen gusto en la música. Pero, sobre todo, es necesario saber bailar».

Johnny Boy comenta que en Mallorca hay bastante demanda de este tipo de shows pero que, sin embargo, «no hay buenos strippers en la Isla». También destaca el error generalizado que se da entre los clientes que contratan este servicio que «valoran más si haces un desnudo integral "algo a lo que Johnny Boy se niega" que la gracia y las tablas que demuestras al quitarte la ropa».

Este joven era antes go-gó en una discoteca pero afirma que lo ha dejado porque «es un trabajo que ya no se valora y que se paga muy barato». Prefiere dedicarse a su actual oficio pues «trabajando menos se gana mucho más dinero».

Pronto cumplirá uno de sus sueños, que es el de abrir una agencia de boys, cuyo lema será la «profesionalidad absoluta».