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El deterioro al que se ha visto abocado en los últimos cinco años el centro de integración, promoción y educación social de personas con discapacidad psíquica (Cipres) ha llevaco al nuevo equipo del área de Benestar Social del Consell de Mallorca ha optar por su cierre y dar un nuevo rumbo a la atención de personas discapacitadas.

El Consell de Mallorca quiere acabar con un modelo caduco de atención exclusiva al colectivo de personas con retraso mental y centrado en la población de Palma para iniciar un nuevo modelo de atención directa a todo tipo de personas con discapacidad (psíquicos, físicos, sensoriales y menores con trastornos de conducta), abierto a la población de todas las comarcas de Mallorca y centrado en las necesidades diversas de los ususarios. Con el cierre del centro de día de Cipres, tan denostado por algunos sectores de padres y de profesionales de los servicios sociales, los actuales 69 usuarios serán reubicados en servicios concertados que desarrollan programas de integración, según explicó a este periódico la actual responsable del área de Benestar Social del CIM, Josefina Sintes.

La idea de Sintes es aprovechar los recursos de la «iniciativa social», formada por organizaciones y entidades sin ánimo de lucro, gestionadas por padres de las personas con dispacacidad, que llevan muchos años supliendo la labor que debería realizar la Administración, como la UNAC, Coordinadora de Minusválidos y la ONCE, «las tres con gran experiencia y flujo a nivel europeo», comentó la presidenta de la Conselleria de Benestar Social del CIM. «No se trata de llevar el debate a la disyuntiva entre los público y lo privado, entre otras cosas, porque el cien por cien de las plazas que ofrece la iniciativa social están concertadas y porque se trata de una oportunidad de trabajar con esta oferta y de hablar de corresponsabilidad», expuso Sintes.