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El año 2000 puede ser el año del impuesto turístico para lo bueno o lo malo. El Govern tiene intención de presentar un proyecto de impuesto turístico durante las primeras semanas del mes de enero sin saber todavía si existen todas las garantías jurídicas para poder cobrarlo. En caso de que finalmente se opte por cobrar dicho impuesto en aeropuertos y puertos, habrá que conocer la fórmula que empleará el Ejecutivo autonómico para evitar que los residentes también lo paguen. El Govern también está barajando la posibilidad de cobrar dicho impuesto a través de las facturas de hotel y los rent a car. Al finalizar el año el Govern todavía no sabe qué sistema utilizará para cobrar dicho impuesto, si es que finalmente se pone en marcha y el Pacte de Progrés decide presentar un borrador de proyecto de ley de impuesto turístico. Durante el año próximo ya podrá crearse el fondo medioambiental, independientemente de la puesta en marcha de un impuesto para dotar con dinero dicho fondo.

Al margen del impuesto ecoturístico, el Govern ha planteado el año 2000 como un ejercicio de transición desde el punto de vista presupuestario. Así, la Conselleria d'Obres Públiques contará con 5.500 millones de pesetas, dinero que permitirá al Govern terminar las obras comprometidas por el anterior gabinete autonómico. El proyecto de la carretera de Valldemossa, y en especial los accesos a la Universitat, seguirán en fase de estudio durante el año 2000, y todo parece indicar que las obras podrían comenzar en el 2001.

En cambio, el Govern tiene importantes proyectos ferroviarios para el año 2001. Se destinarán 2.000 millones para la línea entre Palma y Manacor, otros 1.305 millones se utilizarán para suprimir pasos a nivel y 100 millones se invertirán en la rehabilitación de antiguas rutas de tren.