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Los niños vivieron ayer uno de los días más mágicos del año, la llegada de los Reyes Magos. Muy temprano, nerviosos y somnolientos, los pequeños se levantaron para abrir con prisas sus regalos e inaugurar el día con los nuevos juguetes. El resto del día sería para jugar con ellos y disfrutar de los últimos resquicios de las vacaciones de Navidad. De todos modos, aunque el 6 de enero es un día típicamente infantil, los padres también disfrutaron de sus propios regalos y de ver a sus hijos y familiares alegres y enloquecidos por las nuevas adquisiciones. Bicicletas "como en el caso de Toni y Pep Bisquerra", juegos para montar "como el aeropuerto que le trajeron a Toni Riera, hijo de Joan Riera", muñecas, cochecitos, cocinitas, pinturas, puzzles y todo tipo de juguetes llenaron todas las casas de la Isla.

Tras abrir los regalos y visitar las casas de familiares en busca de muchos otros, pequeños y mayores salieron a disfrutar de un día prácticamente primaveral para estrenar los nuevos jueguetes en la playa, el parque o la calle. Comida en casa o en un restaurante fue la única pausa que hubo en el día en lo que concierne a los juegos. Por la tarde prosiguió la visita a abuelos, tíos, primos y demás, para recoger los últimos regalos del día.

Ahora sólo queda disfrutar con los regalos que nos han traído este año y esperar con tranquilidad que pase el año 2000 para volver a recibir la visita clandestina de estos tres Magos.