El banco de inversiones Merrill Lynch está encontrando más
problemas de los previstos para que se plasme la operación de
compraventa del complejo turístico Bellevue de Alcúdia, propiedad
de Corporación Banesto, ya que los grupos turísticos que han
superado las respectivas cribas, Airtours y Neckerman, están
detectando la existencia de problemas técnicos y administrativos
que no aparecían en el cuaderno de venta remitido por Merrill
Lynch.
En este sentido, ha transcendido que el complejo Bellevue de
Alcúdia sigue a la espera de que la Comisión Provincial de
Urbanismo del Consell Insular de Mallorca autorice el permiso
urbanístico correspondiente, ya que según fuentes municipales de
Alcúdia hay más superficie edificada de la permitida, pese a contar
en su día con la licencia del Ajuntament de Alcúdia. Asimismo,
Costas tiene que autorizar también los concursos de explotación de
playas y servicios, ya que no está realizado el oportuno deslinde,
lo cual en caso de que Costas obre en consecuencia puede ir en
detrimento del futuro propietario del complejo Bellevue.
A esto hay que sumar los acuerdos formalizados por
touroperadores en materia de inversión y comercialización, que
mediatizan su explotación futura dependiendo del grupo o cadena que
lo adquiera, ya que estos contratos están supeditados a la
instalación para este verano de aire acondicionado en todo el
complejo, que supondrá una inversión de 600 millones de pesetas, y
las camas han sido contratadas por todos los touroperadores, entre
ellos Neckerman, ITS, Thomson y el propio Airtours, con quien se
firmó en su día un contrato por tres años.
El contrato de gestión que mantiene Banesto actualmente con la
cadena mallorquina THB finalizó el pasado 31 de diciembre, pero al
no haberse formalizado la venta a lo largo del último trimestre de
1999, dicho contrato está vigente hasta que se ultime esta
operación de venta.
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