Las cúpulas del PSOE y de UM, encabezadas por Francesc Antich y
Maria Antònia Munar, mantuvieron ayer una reunión secreta para
buscar soluciones a la reforma de la ley de consells, después de
las trabas que impone el dictamen del Consell Consultiu. En la
reunión, que se celebró en la sede de UM, además de Antich y Munar
estuvieron presentes Andreu Crespí y Celestí Alomar, por parte
socialista, y Miquel Nadal y Bartomeu Vicens por la parte del
partido nacionalista.
El encuentro es el primero que se celebra al más alto nivel
después del desfavorable dictamen del Consell Consultiu a la
reforma que propone el partido de Maria Antònia Munar. En la
reunión se abordó la manera de cumplir el dictamen realizado por el
órgano asesor en materia jurídica y respetar a la vez los
compromisos adquiridos con la firma del Pacte de Progrés.
Según las distintas fuentes consultadas, durante la reunión, la
delegación nacionalista pidió al president del Govern el mayor
esfuerzo posible a la hora de cumplir lo pactado. Según estas
mismas fuentes, Unió Mallorquina reclamó al jefe del Ejecutivo
«cierta dosis de riesgo» a la hora de adaptar la futura ley de
consells insulars a las alegaciones expuestas por el órgano
asesor.
Por parte del PSOE, los nacionalistas lograron un compromiso de
que el Ejecutivo intentará redactar un proyecto de ley que no
difiera en sustancia del anteproyecto analizado por el Consell
Consultiu.
En la reunión, las delegaciones de ambos partidos concluyeron
que el Consultiu deja un margen de maniobra la suficientemente
amplio como para conseguir soluciones «más o menos aceptable». Las
fuentes consultadas aseguraron que el informe del órgano asesor
puede adaptarse «sin forzarlo demasiado», de forma que se consiga
una solución óptima para todas las partes implicadas.
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