Al terminar el acto se soltaron 70 palomas, como símbolo de la paz. Foto: JULIÁN AGUIRRE.

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Más de mil quinientos alumnos de enseñanza Primaria y Secundaria de 19 centros escolares de Mallorca se manifestarton ayer por el centro de Palma a favor de la paz y la no violencia en un acto organizado por Drets Humans de Mallorca y «Justícia i Pau». El recorrido comenzó en la Plaça d'Espanya y continuó por Cort y Conqueridor, hasta llegar al Parc de la Mar, lugar donde representantes de la organización leyeron un manifiesto, y fueron reconocidos y premiados los trabajos desarrollados por tres entidades: la ONG Metges del Món, la delegación de Misiones de la Diócesis de Mallorca y el grupo Elkarri.

Cientos de voces se unieron para comprometerse a construir la paz en la familia, la escuela, el barrio y el pueblo. En un manifiesto leído en el Parc de la Mar los escolares manifestaron su voluntad de «transformar la cultura de la guerra y la violencia en una cultura de paz y no violencia. Los participantes en este paseo de banderas por la paz queremos manifestar que no nos gusta este mundo donde tanta gente muere a causa del hambre, de las guerras, de la violencia más brutal. Por eso nos comprometemos a respetar la vida y la dignidad de cada persona, sin discriminación ni prejuicios, a practicar la generosidad compartiendo nuestro tiempo y nuestros recursos materiales».

Los escolares se comprometieron ayer a «ser constructores de la paz. Así haremos un mundo más justo, más solidario, más feliz».
Así terminó un manifiesto que fue leído por muchos de los escolares reunidos en el Parc de la Mar. Antes, y durante el recorrido, corearon frases como las siguientes: «Som i serem amics de la pau», «Els nins de Mallorca volem tots la pau», «Mirau i escoltau, nosaltres volem la pau», «Davant els violents, la pau ens fa presents», «Se nota, se sent, la pau està present», «Governs escoltau, les armes retirau».

Esta manifestación sirvió, un año más, para conmemorar la muerte del pacifista de la India Mahatma Gandhi, así como involucrarse un poco más en sentimientos como solidaridad y respeto. A lo largo del recorrido se vieron palomas blancas (confeccionadas por los alumnos del colegio Montesión) y pancartas en las que se leía «De la justicia nace la paz», «Prohibido matar», «Negros y blancos, todos somos iguales», entre otros muchos que llenaron Ciutat durante la hora aproximada que duró la manifestación.

Los alumnos respondieron bien, aunque algunos confundieron la marcha con un estupendo y soleado día de fiesta. «La paz es una cosa muy buena, muy difícil de conseguir», afirma Laura Pérez, del colegio público Rafal Nou.

«Lo que queremos aquí es pedir que haya menos guerras, menos violencia. También nos hemos acordado del último atentado de ETA», añade Noemi Ferrer, del colegio de las Estaciones. «Se trata de celebrar el día de la paz, algo que depende de todos. Creo que la gente está mentalizada para que la paz sea una realidad en el año 2000», afirman Paula Olivera y Eulalia Nsuaela, del colegio Sant Felip Neri.

El acto culminó con una suelta de 70 palomas, como símbolo de la paz. Los organizadores de la fiesta premiaron al movimiento vasco Elkarri, Médicos del Mundo y a la delegación de Misiones de la Diócesis de Mallorca, cuyos representantes recogieron los premios de manos de Damià Pons, conseller de Cultura, y Cecili Buele, conseller de Cultura del CIM.

Maixux Rekalde, en representación de la primera entidad, se dirigió a los presentes en euskera (un saludo) y después agradeció la labor realizada por todos los que trabajan en el País Vasco «por transformar el proceso político y violento en una situación normalizada. El conflicto tiene solución». Rekalde se mostró convencida de que la actual crisis que padece el Pais Vasco como consecuencia del final de la tregua «es reversible», si bien reconoció que hasta que pasen las elecciones sólo se puede trabajar internamente «aprendiendo de otros países, como Irlanda del Norte, la manera de solucionar los conflictos».

Toni Lluna, de Médicos del Mundo, recibió el premio (una de las mejores pancartas de la manifestación), de manos de Damià Pons. «Cada vez somos más las personas que queremos luchar por un mundo más justo, que la gente viva en paz», afirmó.