La Escuela Taller Weyler fue inaugurada ayer de forma oficial,
aunque sus veinte alumnos, menores de 25 años en paro, comenzaron a
trabajar el pasado 22 de diciembre. Estos jóvenes participarán, a
lo largo de los dos próximos años, en la rehabilitación y
construcción de diferentes elementos arquitectónicos de la finca
rústica de Son Roca, situada en Son Ferriol y perteneciente al
legado Weyler.
Los alumnos se beneficiarán de becas económicas durante los seis
primeros meses y, después, de un contrato laboral de 18 meses que
les permitirá aprender las técnicas y usos tradicionales de
albañilería mediante la restauración de los edificios.
El concejal de Educació, Jordi Llabrés, informó que este
proyecto formativo cuenta con un presupuesto de algo más de 109
millones de pesetas, de los cuales 94 millones han sido financiados
por el INEM y el resto lo aporta el Ajuntament.
La Asociación de Madres de Discapacitados de Baleares (Amadip)
es la concesionaria de los usos y gestión de la finca de Son Roca,
que, una vez rehabilitada, se destinará a la formación y a la
inserción laboral de personas discapacitadas. La asociación pondrá
en marcha el programa «Treballen la terra amb esment», que dará la
oportunidad de trabajar a cerca de 250 discapacitados.
La presidenta, Montserrat Fuster, confía en que en octubre esté
lista la construcción de la primera nave agrícola y para enero del
2001 se trasladen los talleres que la asociación tiene en
Palma.
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