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La notificación del Ministerio de Defensa, anunciando el cierre del Hospital Militar de Palma y su reconversión en residencia militar de atención a mayores ha caído como un jarro de agua fría en Balears máxime cuando en los últimos meses se habían generado expectativas de un convenio para el uso civil de este languedecido centro sanitario. La consellera de Benestar Social, Fernanda Caro, valoró de «muy negativo» este anuncio que calificó de «sorprendente» ya que el ministro Eduardo Serra, a una pregunta del senador Manuel Cámara, contestó que se integraría en la red pública.

«Pensábamos que dar salida de carácter sociosanitario, que en Balears estamos tan necesitados, al hospital nos permitía reubicar al personal sanitario que allí trabaja», explicó Caro. «De todas formas "indicó" el Govern va a instar al Ministerio de Defensa a que rectifique». La consellera de Benestar Social considera que el Hospital Militar tiene la infraestructura y estructura suficiente para que no se capitalice todo el centro como residencia para ex militares y se dé respuesta a varios proyectos. En este contexto, Caro indica que tras la visita realizada al hospital se sorprendieron por su buena estructura y equipamiento, «lo que permitiría cualquier recurso de carácter sociosanitario en el sentido de atención a personas en situación crónica, tanto residencial como de centro de día, por sus muchos pabellones. Incluso cabría la posibilidad de centros de carácter ocupacional para discapacitados». No obstante, la conselleria ya tenía un proyecto preferido: un centro para discapacitados físicos «que es una necesidad constatada y reclamada» y «que sería más rápido que la construcción del centro Joan Crespí».