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Balears siempre ha sido un puerto al que han llegado distintas civilizaciones. Antaño con fines de conquista, ahora atraídos por la calidad de vida.
Primero fueron muchos británicos y después alemanes, los ciudadanos europeos que han visto en las Islas un lugar idóneo en el que establecerse. La bonanza del clima y las maravillas de su paisaje siempre se han comportado como un imán atrayendo a personas de otras latitudes de Europa. Sin embargo, en los últimos años, ha sido la prosperidad económica la responsable de la afluencia de un creciente número de personas procedente de otros continentes en busca de una tierra de oportunidades.

Promover la convivencia natural de las personas que viven en Balears, sean o no nacidos en el archipiélago, y el enriquecimiento mutuo es la finalidad que pretenden los miembros de la Asociación Círculo Europa (Balears), constituida el pasado 14 de enero en Palma.

«Se supone que el que viene aquí y se queda es porque ama esta tierra y no quiere vivir en un ghetto. Eso es lo que pretendemos desde nuestra asociación, el intercambio de ideas y culturas sobre la base de la tolerancia entre los mallorquines, peninsulares y extranjeros que residen en las Islas», explica Mª Soledad Sarabia, miembro de la Asociación Círculo Europa.

José Luis Ballester dice que el modo en que fomentarán este intercambio será mediante la convocatoria de los residentes extranjeros a participar en actividades como «visitas a la Ciutat Antiga, para conocer su belleza y problemas; conocer los festivales y festejos más típicos de Balears y de cada país; organizar conferencias sobre temas que preocupan a la ciudadanía; actividades gastronómicas y organizar cenas de compañerismo». El nombre de esta asociación Círculo Europa, «elegido porque es en una isla de Europa donde ha surgido» "comenta Ballester", no es óbice para que admita a miembros de países extracomunitarios e, incluso, de otros continentes.

«Está abierta a todas las personas. De hecho, una de nuestras labores será prestar asesoramiento a cualquier persona, sea de la nacionalidad que sea, sobre cualquier problemática, sobre como moverse en las instituciones públicas, etc», señala Sarabia. También insisten en que es una asociación «totalmente apolítica», que nace sin el amparo de ningún partido político, según José Luis Ballester.

La Asociación Círculo Europa surge de la inquietud de un grupo de personas de distintas nacionalidades (españoles, alemanes, suecos, belgas, británicos, franceses e irlandeses) y profesiones, en su mayoría procedentes del mundo asociativo y del voluntariado, y que dominan varios idiomas. «Yo, por ejemplo, formé parte de una asociación de padres de alumnos (APA) porque creo que, como extranjera, la mejor manera de conocer como funciona el sistema es pertenecer a algún tipo de asociación», afirma Elke Phillis.