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El consumo de agua en Palma oscila entre los 90.000 y los 140.000 metros cúbicos diarios, según se trate de temporada baja o alta, y así ocurre desde principios de los ochenta.

Esto quiere decir, que mientras la demanda de consumo se ha mantenido más o menos estable, las fuentes de las que se ha venido sacando el agua cada año son las que han ido variando, incluso de mes en mes, en función de las lluvias.

El volumen de precipitaciones registrado a lo largo de la pasada década ha sido profundamente irregular. Mientras el año 1996 fue uno de los más lluviosos del siglo, el pasado año, 1999, registró la peor sequía de los últimos treinta años. Esto ha supuesto un constante tomar y dejar de los diferentes pozos y acuíferos disponibles, para evitar salinizaciones o agotamientos irreversibles.

En los años más secos pesaba también las pérdidas de agua en la red, que a finales de los ochenta alcanzaba el 45% del agua captada, en 1991 ya se había rebajado al 30% y en la actualidad se cifra en el 21 o 22%.

Las captaciones más importantes se realizaban de los embalses de la Serra (ahora en reposo) y sa Marineta, uno de los acuíferos de mayor calidad de Mallorca cuyas extracciones comenzaron a finales del año 1993 y hasta hace unos días aportaba hasta 15.000 metros cúbicos diarios a la red de suministro. Otras fuentes básicas eran y son s'Estremera, la Font de la Vila o los pozos de Can Negret o Borneta. Durante los ochenta también se hizo uso de los pozos particulares. Hoy, la situación de los acuíferos está al límite.