La formación es hoy por hoy la principal herramienta para generar
empleo. Eso es al menos lo que mantenía el Govern del PP y ahora
mantiene el Govern del Pacte de Progrés, que dedica sumas
multimillonarias a este fin. Sin embargo, la formación es mucho más
que un camino para encontrar trabajo. Es un negocio. Prueba de ello
es que existen empresas que viven de ofrecer cursos de formación.
En este contexto, los agentes sociales (sindicatos y empresarios)
son los principales gestores de cursos de formación para parados
sin olvidar a la UIB, que lidera el ranking.
En la calle se tiene la idea de que la formación es también una
forma encubierta de financiar a organizaciones sindicales y
patronales e incluso de conseguir la simpatía de ellas. Ante esta
afirmación la respuesta tanto sindical como empresarial es rotunda:
No. UGT, CC OO y CAEB "por citar los que mayor volumen de negocio
manejan, a parte de la UIB" afirman que no obtienen beneficio
alguno y que no es ninguna vía de financiación y mucho menos de
tenerlos contentos. Con todo, la formación es un tema «tabú» para
los agentes sociales cuando se les pregunta por el dinero que han
movido.
Preguntados sobre si tienen ingresos por los cursos gratuitos
que gestionan de formación "partiendo de la base de que hay
empresas que viven de ello" apuntan en seguida que no hay beneficio
y que todo el dinero que se gasta está justificado y demostrado
ante la Administración porque en caso contrario no lo pagaría. Lo
cierto es que según los datos facilitados por los actuales
responsables de la Conselleria de Treball i Formació, el Govern del
PP, dentro del Plan Mestral (dirigido a parados o personas que aún
no estando en el desempleo tuvieran riesgo de estarlo) dio
nutritivas cantidades a los agentes sociales para cursos de
formación ocupacional. Este dinero proviene mayoritariamente de
fondos europeos.
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