La otra cara del turismo

«Se trata de hacer llegar a los turistas a sitios con interés cultural, menos conocidos por los visitantes y por ello menos masificados», comenta Santiago Salom, coordinador del programa. Son lugares bellos, elegidos porque poseen un marcado carácter artístico y/o cultural, como es el caso de los jardines de Raixa o Alfàbia, o de la Fundación Miró y del Museo de Sa Pobla.

Pero no se trata únicamente de visitas culturales, porque lo que se pretende es ofrecer al turista una mañana muy completa: viaje en autocar, pasear por algún hermoso jardín o recorrer un interesante museo, asistir a un pequeño concierto y, para rematar la excursión, el regalo de un zumo hecho con naranjas de la tierra, o de un vino mallorquín. Para disfrutar de una de estas mañanas de ocio, basta con reservar plaza por teléfono. Las visitas, el concierto y el aperitivo son gratuitos para quienes se acogen al programa, pero se ha de tener en cuenta que el número de plazas es limitado, puesto que se pretende huir de la masificación propia de los centros turísticos más conocidos.

Los excursionistas proceden de Alemania y de los países escandinavos, y suelen ser visitantes jubilados, que pasan los inviernos en la Isla desde hace muchos años, aunque el programa está abierto para quien lo desee. Pierre Berndorfer se encarga de guiar los recorridos, y a algunos de los turistas ya los conoce de otras veces, pues son muchos los que repiten cada año. «La gente sale encantada», afirma Berndorfer, «y vuelven siempre que pueden porque todo esto supone una mañana diferente para ellos».