Seguimos cenando sin perder de vista la sala donde los del PP
recibían, a través de una pantalla gigante, las buenas noticias que
llegaban a través de las distintas cadenas. Por una vez, los
sondeos habían coincidido en que iban a ganar por goleada a sus
inmediatos seguidores, cosa que minutos después comenzaría a
confirmarse, hasta el extremo que, cuando se llegó al 40 por ciento
escrutado, pedí a prensa del PP una foto de Antònia Febrer, la
«quinta diputada».
Sin embargo, a las diez de la noche, cuando la televisión
informaba de que el PP había alcanzado sobradamente la mayoría
absoluta (183 escaños), en nuestro habitáculo sólo seguía habiendo
periodistas, mientras que en el otro no había llegado todavía
ninguno de los elegidos. Bueno, sí, acababa de llegar Joan Fageda,
quien nos confirmaba el dato: «Hemos conseguido cinco diputados más
el senador de Menorca, y a punto está de caer el de
Eivissa-Formentera...» A todo esto, el ministro Mayor Oreja asoma
por la pequeña pantalla y comienza a confirmar los datos de la
apabullante victoria del PP que deja sin opción al resto de fuerzas
políticas.
En el Palas Atenea, donde aún seguimos esperando a los pesos
pesados, comienza a desbordarse la euforia. Això està fet! ¡Y no
son aún las 22'30 horas! Al minuto escaso de haber presentado su
dimisión Almunia, se presenta ante los medios el nuevo diputado
Miguel Àngel Martín, 44 años, psiquiatra y ex director general de
Bienestar Social en el gobierno de Matas. «Se ha demostrado "dice"
que los ciudadanos han apostado por la línea trazada por el PP hace
cuatro años y que ahora mejoraremos».
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