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J.M.R./EFE Uno de los «padres» de los niños probetas, el profesor Robert Schoysmann, fue homenajeado ayer durante la primera jornada del VIII Simposium internacional de Andrología y I Simposium Internacional de Disfunciones Sexuales Femeninas que se celebra en Palma. Schoysmann recibió de manos del doctor Mariano Rosselló Barbará, director del Centro de Urología, Andrología y Sexología de Palma y organizador de estos simposios la medalla de oro por su labor en el campo de la infertilidad.

Robert Schoysmann es pionero en el área de la fertilidad de la pareja y, en este sentido, fue el primero en poner en marcha en Europa, y posteriormente difundir, los bancos de semen. Asimismo, entre sus aportaciones destaca la biopsia testicular para la obtención de espermatozoides (cuando son insuficientes para conseguir un embarazo mediante la eyaculación), en 1994, abriendo de esta manera a muchas parejas la posibilidad de ser padres.

El profesor Schoysmann señaló en un breve encuentro con los medios de comunicación que se calcula que un 3% de los hombres sufre azoospermia (escasez de espermatozoides) y dentro de este porcentaje a un 20% de ellos no es posible ayudarles hoy en día.

Este ginecólogo y andrólogo manifestó que un gran número de varones desconocen su situación antes de tener la intención de procrear por lo que, cuando una pareja acude a un médico por problemas de infertilidad, «lo más importante es buscar rápidamente las causas en el varón». Y es que como explicó Schoysmann en la mayoría de ocasiones la causa está en el hombre y no en la mujer a la que se suelen echar las culpas, ahora menos, por una cultura de masculinidad prepotente. «Estas situaciones, siendo frecuentes, tienden a disminuir en los países nórdicos, mientras que en los latinos y en los árabes los hombres se sienten muy machos e incapaces de reconocer su infertilidad», dijo Schoysmann quien lamentó la confusión existente entre potencia y fertilidad.

El andrólogo, que forma parte del foro de debate Omnia Omnis del Vaticano sobre la clonación humana, calificó de «estúpida» la forma en que los media abordan estas cuestiones al presentarlas como una técnica capaz de reproducir copias exactas de un ser humano.