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¿Quién no recuerda a Borrego y Carquinyoli? Por supuesto me refiero a quienes han traspasado la barrera de los cincuenta años. Astutos, poblaban las fantasías de los adultos y de los mayores y los rasgos de su comicidad eran el símbolo de su pensamiento. La memoria los enmarca en el salón de actos del Patronato Obrero de San José a la diestra del pare Ventura. Planas Montanyà, mi compañero en tareas periodísticas, era «Borrego» y Miguel Massanet, «Carquinyoli». Tuan y Toni hacían malabarismos con sus lenguas punzantes. Planas me comenta que fue en aquella época, recién llegado a Mallorca, cuando entabló sus primeras relaciones de amistad en la Isla. En la foto vemos a Planas Montanyà como Augusto, aquél que viste chaqueta a cuadros, grandes zapatos y luce una grandiosa nariz encarnada. Quizá no sincronizaba con la figura de clown, el payaso de la cara pintada que simboliza la pureza del alma. Tuan "Pep Planas" y Toni "Toni Alcover" tan sólo esperaban de su público una respuesta de satisfacción cuyo valor de comunicación se concreta al instante. Borrego y Carquinyoli se hicieron populares por sus representaciones de textos navideños, en concreto «Els pastorets». Planas tocaba el acordeón, facultad para la que era muy diestro, aunque se mofase de los que poseían licencias censoras en aquellos tiempos de dictadura. Por ello, la versión de sus pastorets era la de Millá «El naixement de Déu. Els pastorets», donde los demonios hablaban en castellano y los ángeles y pastores en mallorquín. Así era nuestro amigo.