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La plaza de Cort tomó un cariz muy diferente al habitual cuando ayer, pasadas las siete de la tarde, una quincena de impresionantes jaguars aparcaron sobre sus adoquines. Los había rojos, verdes, crema, granates, deportivos, clásicos, antiguos y modernos. Todos ellos causaron impresión a los ciudadanos y turistas que, sin contar con un espectáculo improvisado, se paseaban por el céntrico lugar.

Estos «utilitarios» pertenecen a los socios del Jaguar Club Barcelona, que ha venido a pasar unos días a Mallorca. Sólo un anfitrión es mallorquín: el jaguar que pertenece al abogado Jaime Grimalt, un precioso modelo gris metalizado. Durante dos días, esos locos del volante con clase visitarán Andratx, Valldemossa, Deià (se les ha advertido del mal estado de la carretera), Sóller (la misma advertencia para una carretera estrecha), Lluc, Port de Pollença y Alcúdia, hasta tener una idea bien exacta del paisaje de la Isla. El lunes, después de almorzar en un restaurante en Sencelles, los suntuosos visitantes tomarán el camino de vuelta hacia Barcelona.

Una vez que los autos hubieron estacionado en Cort (no sin antes hacer algunas maniobras), sus propietarios fueron recibidos por Gaspar Oliver, regidor de Esports del Ajuntament de Palma, que se interesó por la historia de algunos de los modelos exhibidos. Después pasaron todos al interior del edificio municipal.