TW
0

Para hoy sábado se ha convocado en Palma la mayor manifestación de la historia de los agricultores de Mallorca. Razones no les faltan. Todo el mundo conoce la precaria situación que vive el campo balear y las escasas perspectivas de futuro para un sector que lleva milenios en activo. Parece que a la clase política sólo le interesa mantener el sector primario como mero conservador de un paisaje que los turistas saben valorar cuando van de camino a la playa. Nadie parece plantearse la siguiente cuestión: si en las Islas se consumen alimentos que se producen aquí, como las naranjas y la leche, ¿por qué no son rentables y se les condena a la desaparición mientras nos inducen a importarlos de otras regiones o países?

No es ése, el olvido y el desprecio de la Administración, el único problema del sector. La sequía ha producido la mayor crisis agrícola de los últimos sesenta años en un campo que ya estaba herido de muerte. Pero además a los agricultores "la mayoría de edad avanzada" se les está incentivando al abandono de la producción y se les está acostumbrando a salvar las cosechas a golpe de subvenciones.

Son muchos, en verdad, los problemas que atenazan la agricultura balear y casi nadie parece dispuesto a enfrentarlos y buscar soluciones si no es para salvaguardar un paisaje bucólico que convierta a la Isla en una bonita postal.

Pero tampoco la solución es sacar los tractores a la calle provocando el consiguiente caos de tráfico que sólo molestará a la ciudadanía, no a los políticos. Las cosas se están politizando demasiado y quizá lo último que necesita nuestra agricultura es enconar aún más los ánimos. Y menos, un enfrentamiento entre agricultores conservadores y un Govern progresista. En esta cuestión ha faltado diálogo y mano izquierda. Más valdría convocar reuniones, buscar soluciones y ponerse a trabajar entre todos.