El próximo día 26 de mayo Gabriel Ferrando Fernández vivirá, sin duda, una de las jornadas que recordará con ilusión y buen sabor de boca. La Associació d'Ex-alumnes del Col·legi de Sant Francesc le impondrá la Insígnia d'Or. Los motivos son obvios: él fue el promotor, alma y fundador de dicha asociación. Ahora, aunque Ferrando (muchos de sus alumnos le recuerdan aún como tio Biel) lleva ya seis años apartado de las aulas, aún es palpable la dedicación que tuvo con los cerca de 4.500 alumnos que pasaron por sus clases de Gramática, Geografía e Historia y Educación Cívico-Social a lo largo de sus 41 años en Sant Francesc.
Aunque en su modestia le impide reconocerlo, Gabriel Ferrando vio que era necesario un cambio en la enseñanza. Él empezó en octubre de 1953 su tarea como profesor. Entonces había una disciplina férrea, se aplicaban cuantos correctivos hiciese falta a los escolares. Ferrando advirtió que ése no era el sistema a seguir. El enseñante se debía ganar el respecto del enseñando con su confianza, predicando con el ejemplo y dando sobradas muestras de su validez profesional: «El alumno debe ver que el profesor le quiere hacer un bien».
Él fue uno de los primeros profesores que vio la necesidad de impulsar las reuniones con los padres. «Ahora no se podría concebir la educación sin la colaboración de las APAs. Pero eso no era así cuando yo empecé a dar clases. Las cosas han cambiado muchísimo», asegura. Ferrando también impulsó, una vez jubilado (en 1994), la creación de la Associació d'Ex-alumnes que ahora le rendirá homenaje tras la misa en la basílica de Sant Francesc y cena en el Pueblo Español.
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