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Las altas temperaturas de las últimas semanas muestran un ambiente totalmente veraniego en todas las playas de la Isla. Turistas y residentes disfrutan en pleno mes de mayo del primer chapuzón del año, algo inusual en la gran mayoría. Los 29 grados de temperatura de los pasados días 4 y 13 de este mes han sido los más cálidos de mayo. El pasado año mayo llegó a registrar una temperatura de 32 grados centígrados. A pesar de que el agua está aún algo fría, muchos se enfundan el bañador y se 'torran' al sol. El hecho de acudir a la playa no es sólo para broncearse o darse un chapuzón. Para los más jovenes es un buen lugar para jugar al balón y, por qué no, para ligar y deleitarse con cuerpos semidescubiertos.

Marina Gil, Cristina y Rebeca son tres amigas del instituto que, por pequeñas circunstancias, han pasado de las clases, se han sacado el biquini de la maleta y se han puesto a tomar el sol en la playa de Cala Major. Confiesan que se pasan entre cuatro y seis horas en la playa, incluso comen un bocadillo y por la tarde regresan a clase. «Venimos a divertirnos "añaden", a nadar y tomar el sol. También a ligar». Por otro lado, Luis María es camarero del Dársena y vive cerca de la playa. «Desde abril ya me doy algún chapuzón. Me gusta jugar al balón ya que no aguanto estar tomando el sol».

En la playa de Portals Nous, tres compañeros de trabajo: Elsa, Diego y Daniel. Ellos son pilotos de la compañía aérea Spanair. Elsa y Diego viven en Plama, mientras Daniel reside en Madrid. «Venimos a la playa "comentan" cada vez que podemos. Estamos entre tres o cuatro horas y preferiblemente disfrutamos entre semana. Nos sirve para desconectar y relajarnos. Comemos en algún restaurante cercano y principalmente venimos a la playa entre semana porque hay menos gente». Farkas es húngaro y disfruta en compañía de su mujer e hijo. Los tres se divierten haciendo castillos de arena. Él trabaja en un espectáculo musical y confiesa que normalmente no se dan el primer chapuzón hasta finales del mes de junio. Y es que el calor que hace no es para menos, incluso hay momentos en que sobra el bañador, ¿o no? l Julián Aguirre