Un año más, el curso escolar ha llegado a su fin. El pasado día 30
los alumnos recibieron sus calificaciones. Como siempre, caras de
satisfacción en unos, de circunstancias en otros, y de «¡uy, cómo
se van a poner mis padres!» en los menos. A partir de ahora, la
mayoría de niños y jóvenes descansarán, otro tanto ocurrirá con la
mayor parte de los profesores, y los sufridos padres empezarán a
contar los días que aún faltan para el inicio de las clases en
septiembre.
Un año más, también, ha proseguido la reestructuración del
sistema educativo que empezó años atrás con la reforma de la
enseñanza secundaria, concretada en la polémica y controvertida
ESO. El periodo de transición está llegando ya a su fin. Hasta
ahora, los centros que impartían la antigua EGB daban en la
actualidad la enseñanza primaria y el primer ciclo de la ESO,
quedando reservado el segundo ciclo y el bachillerato para los
tradicionales institutos. Pero, de cara al curso que viene, la casi
totalidad de los colegios sólo podrán impartir la enseñanza
infantil y la primaria "hasta sexto", y los actuales institutos de
enseñanza secundaria (IES) acogerán toda la ESO y el
bachillerato.
Niños y jóvenes se verán obligados a cambiar de centro, y lo
mismo ocurrirá con los profesores de algunos centros. Esto ocurrió
el pasado año en el colegio Santa Isabel, y sucede ahora en los
colegios Rafal Nou y Jafudà Cresques. Tomeu Carrió y Joan Salvà son
los dos profesores que se han visto afectados por todos estos
cambios habidos en este último centro. Joan Salvà ha sido hasta
ahora jefe de estudios del colegio público Jafudà Cresques de
Palma: «Hace quince años que estoy aquí. Mi asignatura es Lengua
Catalana y Literatura. En la antigua EGB impartía la misma
asignatura en sexto, séptimo y octavo, y cuando se hizo el cambio
con la nueva Ley de Educación, empezamos con primero y segundo de
ESO».
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