El poeta peruano Juan Gustavo Rose escribió, a propósito de la
accidentada historia de su país, estos sentidos versos: «Tristes
reliquias somos/de un hermoso país/que jamás conocimos». José Juan
Pacheco (Lima, 1951) se exilió de Perú en 1974 debido a la
dictadura militar que padecía su país. A lo largo de estos años ha
vivido en Francia, Alemania y, por último, en España. Vive en
Mallorca desde hace un año y medio y trabaja en un touroperador.
«En 1992, sin yo saberlo, se dicta una orden de captura contra los
peruanos que viven en Europa y que apoyan el terrorismo. Según el
Gobierno, uno de esos peruanos era yo».
Añade también: «Mi actividad política ha estado ligada a
partidos políticos de izquierda, pero no soy ni he sido nunca
miembro de Sendero Luminoso ni del Movimiento Revolucionario Túpac
Amaru». En poder de Pacheco constan las copias de dos documentos
judiciales, ambos fechados en 1992. En el primero, expedido por el
4º Tribunal Provincial de Lima, hay una lista de acusados por
delitos de terrorismo. En el segundo, posterior, se hace ya una
acusación formal, y Pacheco es definitivamente exculpado. «Pero
debido a la lentitud de los procesos judiciales, hasta que llegue
mi caso a la Corte Suprema y dictamine a mi favor pueden pasar
años».
En 1993 Pacheco, que aún vivía y trabajaba en Alemania, realizó
un viaje a Perú con compañeros suyos alemanes. Allí se enteró, por
amigos, de que a pesar de haber sido exculpado, aún estaba en
pantalla, es decir, perseguido. «El problema era entonces cómo
salir del país. Con muchas dificultades conseguí abandonar Perú y
llegar hasta Ecuador. De allí regresé a Europa. Yo no he sido el
primero en ser acusado injustamente. Me consta que hay más personas
en mi situación, a pesar de no tener nada que ver con el
terrorismo.
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