TW
0

«El castigo institucional a un Govern es un castigo a todos los ciudadanos y eso, en las democracias avanzadas del siglo XXI, es intolerable». El president del Govern, Francesc Antich, se refirió ayer con estas palabras a la difícil situación en la que se encuentran las relaciones entre el Govern y el Gobierno de José María Aznar. Antich hizo estas afirmaciones en una conferencia pronunciada en Sa Nostra bajo el título «Un nuevo horizonte para Balears», en la que el president aprovechó para hacer balance del primer año del Pacte de Progrés al frente del Ejecutivo.

El president lamentó que las relaciones del Ejecutivo balear con el Gobierno central «no acaben de tener la confianza y la fluidez que propone el Govern y que sus ciudadanos esperan». Aunque sin citarlo, Antich tuvo duras palabras para el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, al asegurar que el Govern desearía que los ministros que visitan la Comunitat «vengan a resolver los problemas que tienen los ciudadanos de Balears, no a hacer campaña electoral ni oposición de fin de semana al Pacte de Progrés».

Junto con las difíciles relaciones que existen con el Gobierno central, Antich afirmó que el otro gran problema «que no avanza al ritmo que querríamos» es el reconocimiento de la insularidad. En cualquier caso, al margen de estas dos cuestiones, el president realizó una valoración positiva del trabajo realizado durante este año. «Desde la reflexión crítica», el president reconoció, no obstante, que el Govern no ha acertado en todas sus actuaciones y criticó que el Ejecutivo ha padecido «las consecuencias de la actividad de gobiernos anteriores».