Durante el pleno hubo enfrentamientos verbales entre vecinos y empresarios de Sa Llonja. Foto: J.M.

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De nada sirvió la presión ejercida en los últimos días por los empresarios de sa Llonja. Al final, la mayoría absoluta del PP aprobó ayer que, a partir de la semana que viene, la música deje de sonar en sa Llonja a las dos de la madrugada de jueves a sábado y a la una los demás días.

El Gobierno municipal contó, además, con el voto de Unió Mallorquina y la abstención del resto de grupos opositores. Tanto portavoces vecinales como empresariales habían solicitado intervenir y así lo hicieron, intercambiándose insultos y amenazas veladas que lograron calentar el ambiente durante algunos minutos. La primera en tomar la palabra fue la portavoz de la Asociación de Vecinos del Puig de Sant Pere, Cristina Lorenzo, que acusó al Consistorio de ser «incapaz de arbitrar soluciones justas» y negó que todos los vecinos del barrio se opongan a los bares.

Valeriano Herrero, presidente de la Asociación Empresarial de Bares y Restaurantes de sa Llonja, fue más allá al acusar al Ajuntament de «perpetrar la crisis laboral más importantes después de la del calzado», aludiendo a Yanko. Auguró que «los problemas de sa Llonja no empezaron hace ocho años, empiezan hoy». Aseveró que adelantar el horario de música supondrá «ochenta empresarios arruinados, 300 trabajadores en la calle y un quebranto patrimonial de más de 2.000 millones de pesetas». Insistió en que «los que se quejan son sólo unos pocos vecinos» y lamentó que «una ciudad tan triste como Palma se va a quedar sin su única zona de ocio».