Los reyes Juan Carlos y Sofía se despidieron oficialmente ayer del verano mallorquín con una cena ofrecida a las autoridades locales en la que estuvieron acompañados por el Príncipe.
Sobre las 21 horas empezaron a llegar los 41 invitados al Palau de l'Almudaina que acogió, en el salón gótico, el acto principal de la velada. Antes, sobre las 21.30 horas, dio comienzo el también tradicional besamanos, en el que los Reyes y el Príncipe dieron la bienvenida a las autoridades.
Los fotógrafos pudieron captar, momentos antes en el Despacho del Rey, a los Reyes y el Príncipe en una actitud muy distendida. Los varones optaron por traje oscuro que el Rey complementó con corbata oscura y el Príncipe con una de vivos colores en rojo. La Reina, muy elegante, optó en esta ocasión por un vestido de gasa en negro con lunares blancos y detalles bordados en color claro.
La mayoría de los caballeros optó también por traje oscuro, mientras que las damas iban muy elegantes, llamando la atención Conxa Garcia, esposa de Antich; la delegada del Govern, Catalina Cirer, y Maria Antònia Munar, que optó por los tonos morados.
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